Ya no te creo. Ya no te espero. Ya no me importa de qué quieras hablar. Ya no te extraño. Ya no te engaño. Mejor marcharse sin mirar hacia atrás. Y si después de tanto peregrinar, alguna vez nos volvemos a encontrar, mira mis ojos, dime si alguna vez, por un instante, te dejé de adorar. Si te vas de nuevo, no me queda más remedio que la libertad ~