y encontré la salida.
De a una a la vez van cayendo fichas,
y si muchas te dan, como vienen se van.
No sabés dónde apostar, se nubla la vista.
Sueltas el timón sin saber cómo vas, sin saber dónde vas: el tiempo se cae. Mientras tanto, todo de prisa y confundes el fondo del mar con la superficie lunar.