sábado, 22 de octubre de 2011

Ya no te creo. Ya no te espero. Ya no me importa de qué quieras hablar. Ya no te extraño. Ya no te engaño. Mejor marcharse sin mirar hacia atrás. Y si después de tanto peregrinar, alguna vez nos volvemos a encontrar, mira mis ojos, dime si alguna vez, por un instante, te dejé de adorar. Si te vas de nuevo, no me queda más remedio que la libertad ~